domingo, 27 de junio de 2010

Reconciliado

Cuando era un adolescente y hasta los 19 años, fui miembro -aspirante primero- al Opus Dei. Me fui de allí convencido de que no era mi camino, pero era el único que pensaba así. Con todo, nadie me puso especiales trabas y Juanma, director entonces de Montalbán, me facilitó el alojamiento en la ciudad. Pero la vida da muchas vueltas y la visión que uno tenía entonces cambia; y también aflora fácil la crítica ante lo que se ha convertido como "un lejano pasado".

Gracias a Dios, Jesús se las ha arreglado para llamarme otra vez a su lado. Por una especial mediación del Espíritu Santo, me casé con Mateja y así llegó Klara María.

Siempre he conservado amistades en la obra, pero este año se ha producido un cambio en mí. En Eslovenia he hecho amistad con Juri, un vasco que vive como numerario en el centro de la Obra de Eslovenia. Al principio, me sentía discrepando con él en muchas cosas y no podía evitar verle como "cortado al patrón" de lo que se supone que es un numerario.

Pero su buena amistad, su pronta disponibilidad y el cariño real que nos tiene a mi familia, tan real como el que le tiene a Dios, tan real como el que le tiene a su familia espiritual, el Opus Dei... me ha ganado.

Mañana lunes espero ir a la Misa de San Josemaría. Y por primera vez después de mucho tiempo siento que iré con el corazón abierto, sin críticas ni frialdades en mi interior. Bendito San Josemaría, bendito Juri, alabado sea el Señor.

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