lunes, 5 de noviembre de 2012

El gran fallo de ubuntu



Esta entrada se la dedico a mi hermano Jose-magister-linuxi

El gran fallo de ubuntu

Hace poco descubrí cuál es el gran fallo de ubuntu. Llevo metido en esto unos siete años, y nunca he logrado llegar a ser algo más que un aficionado. Primero estuve con Debian, uno bastante intuitivo. Luego fui pasando de un ubuntu a otro hasta llegar al Hardy, en el que me he estancado porque ir a más requeriría un ordenata más potente.
El problem de ubuntu es que funciona... demasiado bien. De repente llega un día en el que todo está instalado correctamente: sonido, imágenes, configuración de la pantalla, compiz y beril, sudo apt-get y toda esa vaina, todo va perfectamente. Conoces los límites del cacharro -una wacom que no hace todo lo que querrías, una cámara que nunca llega a funcionar... Pero tampoco le exiges más. Incluso has hecha una partición para que un miniwindows albergue los adobe y corel paint de turno.
Al cacharro le sacas todo el partido que puedes. Tienes combinaciones de teclas para todo lo que deseas; incluso has dejado la pantalla sin ningún icono porque ya ni te hacen falta. Eres un pequeño rey en el entorno de tu ordenador; has llegado a tener una simbiosis metabarónica con el cacharro.
¿Y entonces? La pareja se estanca, todos hemos pasado por eso. La rutina, dicen, como el comienzo del fin. Uno ya busca la discusión, aunque sea por tonterías, por lo menos para salir de la línea.
¿Y si le instalo esto? ¿Y qué pasará si le corro un antivirus? A ver... xterm... apropos... ¿qué? vamos a ver si hay algún programa que tenga mi nombre... «apropos pedrito»
El ordenador obedece como el ciborg de alien 3. No cuestiona, no se resiste. Ni siquiera se bloquea, todo lo más a veces se oscurece la ventana de algún programa que le está dificultando la digestión.
El maldito invento funciona demasiado bien, hasta el punto de aburrir. Es como una aventura gráfica en la que ya te lo sabes todo.
Vayamos a la la parte dolorosa del artículo: windows no tiene ese pecado. En windows siempre hay una gran incertidumbre; cuando se bloquea, uno no tiene maldita idea de qué le pasa. «Es windows», decimos, como la madre que no puede evitar querer más al hijo más débil.
¡Uno casi desea estropear algo en ubuntu! Porque entonces se cacharrea, se visitan los foros, se abren una, dos , siete terminales todas funcionando a la vez a lo mátrix: aquella desinstalando, otro verificando, cinco más para el escaparate, cambios de escritorios con el cubo de compiz... Entonces es cuando uno disfruta de las visitas: viene tu señora o un amiguete que se asoma por detrás de tu hombro. Simulas como que no haces nada, pero escribes incluso con más fruición que antes: ls... sudo apt-get update (aunque ya lo hayas hecho antes)... make... Sí, eres un auténtico as del asunto, posiblemente la policía está buscando a gente como tú, auténticos demonios de la informática.
Pero no hoy. No esta semana ni este mes. Ubuntu simplemente corre con demasiada ventaja, quitándole todo sabor a la competición. Tendrás que dejar las gafas de sol y el chaleco de Neo en el armario, tomando moho.
Ha vuelto Mr. Anderson.

1 comentario: