Holywins
Ayer fui al festival de Holywins. Es un concierto de cristianos de aquí de París. Era en el otro extremo de la ciudad, en el metro Laumière. Fui hasta allá en bici y llegué tarde, como siempre, porque había quedado con Carol y Aneis, del grupo de Saint Severin. Había mucho tráfico y hacía frío, mucho, así que me enfundé el gorro andino que me trajeron carola y maría. Y una bombilla en la cabeza para alumbrar un poco. Los frenos de la bici siguen sin funcionar muy bien.
Escribo porque me quedé impresionado. Los conciertos estaban bien, claro, pero dentro de la Iglesia de la Place de Bitche estaban todos los jóvenes cantando al sagrario, de rodillas en el suelo, cantando cosas lindísimas al Señor Sacramentado, alabando un Amor puro. Es algo que eriza la sensibilidad.
Afuera daban sopa de verduras y crepes gratuitos. Allí nos sentamos y estuvimos riéndonos un rato. Parece que somos pocos, parece que nuestra Empresa está quebrando hace años. Encima los empleados somos un desastre. Pero allí tuve la impresión contraria.
Había grupos de jóvenes, parejas de a dos chico-chica, que deambulaban por todo el barrio, con sus camisetas de souviens-toi de l'amour. No hablaron conmigo, tenían unas camisetas azules. Pero charlaban con cualquiera que vieran, estilo mormones, incluso con la policía que vigilaba el concierto, incluso con los rakais negros y musulmanes del barrio. La gente se reía mucho con ellos, me pareció, daban un ambiente muy sano y, por supuesto, parecían llevar el lirio de la inocencia. Así son los ojos del mundo, mis ojos también. Y ya no estoy tan seguro de esto. Tenían ellos una frescura joven, recién creada, infantil. Dios regala paz y felicidad a quien quiera recibirla.
Creo que también había algo de búsqueda de miradas. Al fin y al cabo la inmensa mayoría allí éramos menores de 35. Tal y como está el mundo, poder enamorarte de otra persona que comparta tu fe es una aspiración ... no sé, a mí me gustaría, si así me tocara. Pienso ahora en una bella argentina, supongo que para entretener mis sueños tejiendo un imposible.
Volvimos a casa en bici, los tres; al principio yo llevé a Anais detrás, luego Carol intentó lo mismo pero, dado que él es un tipo más bien menudo, al final fue ella quien cargó con él. Muy divertido.
Bueno. Hoy cena en casa Sonia. En teoría Sofi debía de llamarme para tomar algo hoy, pero no parece. Mejor porque Laura está hoy en París y un café será obligatorio. Mañana vienen Carol y Aneis a cenar.
Menú para hoy: pasta al pesto. Sonia es musulmana y no come carne de cerdo. En general no le gusta la carne.
Menú para mañana: No lo sé. Arguiñano ayudará.
Panci ya ha puesto en marcha el envío de la nota de prensa sobre Oscar Domínguez al Diario de Avisos. Tengo que ponerme al día con lo del trabajo.
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