El Drama
Intento no aferrarme al drama, dejarlo de lado. Y el tiempo me pesa. No miro el reloj pero tengo en la cabeza las horas, el tiempo... el tiempo se arrastra poco a poco, como un crescendo y una ola que fuera poco a poco aumentando de tamaño. El cuerpo se tensa, mueve, tiembla.
Focalizar energías. Estuve en el Cervantes esta mañana; debo dar la imagen de un café viviente. Me vuelco en la palabra, en el diálogo; creo que para descargarme en el trato social, en el reflejo de sus rostros y vivir un poco otras vidas distintas de la mía.
Y no pasará nada y sí pasará. Quisiera estar al margen de la incertidumbre. Le he dado a Otro los dados para jugar esta partida pero estoy todo el rato espiando para ver cómo es que los va a tirar. ¿Cómo, cómo, cómo?
El drama es un monstruo, una bestia que se agita en mí.
Basta.
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